Thursday, January 15, 2009

79-An-Naazi'aat

En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia



(1) ¡Considera esos [astros] que ascienden para luego ponerse,
(2) y se desplazan [en sus órbitas] con desplazamiento constante,
(3) y navegan [por el espacio] con navegación serena,
(4) y se adelantan, sin embargo, [unos a otros] con veloz adelantamiento:
(5) y cumplen así el mandato [del Creador]!
(6) ¡[Así pues, pensad en] el Día en que una convulsión violenta convulsione [el mundo],
(7) seguida de otras [convulsiones]!
(8) Ese Día los corazones [de los hombres] estarán palpitantes,
(9) abatidas sus miradas....
(10) [Y aún así,] algunos dicen: “¡Cómo! ¿Seremos en verdad devueltos a nuestro estado anterior –
(11) aunque nos hayamos convertido en [un montón de] huesos desmenuzados?”
(12) [Y] añaden: “¡Ese sería, entonces, un retorno ruinoso!”
(13) [Pero,] esa [Última Hora] no será sino [algo súbito, como] un único grito acusador –
(14) y, entonces, ¡he ahí que despertarán [a la verdad]!
(15) ¿Ha llegado a tu conocimiento la historia de Moisés?
(16) Cuando su Sustentador le llamó en el valle dos veces sagrado:
(17) “Ve a Faraón –pues, realmente, ha excedido todos los límites de la equidad—
(18) y di[-le]: ‘¿Estás dispuesto a purificarte?
(19) [Si es así,] te guiaré a [un conocimiento de] tu Sustentador, para que [en adelante] sientas temor [de Él]’”
(20) Y entonces le mostró el gran portento [de la gracia de Dios].
(21) Pero [Faraón] le desmintió y rechazó obstinadamente [toda guía],
(22) y dio la espalda [a Moisés]
(23) con brusquedad; luego reunió [a sus dignatarios], llamó [a su pueblo]
(24) y dijo: “¡Yo soy vuestro Señor Supremo!”
(25) Y entonces Dios hizo presa en él, [e hizo de él] un ejemplo aleccionador en la Otra Vida y en este mundo.
(26) Ciertamente, en esto hay en verdad una lección para todos los que sienten temor [de Dios].
(27) [¡Oh hombres!] ¿Sois vosotros más difíciles de crear que el cielo que Él ha edificado?
(28) Elevó su bóveda y le dio forma con arreglo a su función;
(29) y ha hecho oscura su noche e hizo surgir su luz diurna.
(30) Y después de eso extendió, ancha, la tierra,
(31) e hizo brotar de ella sus aguas y sus pastos,
(32) y ha hecho firmes las montañas:
(33) [todo ello] como medio de subsistencia para vosotros y vuestro ganado.
(34) Pero, cuando llegue el gran acontecimiento sobrecogedor [del Juicio Final] –
(35) ese Día el hombre recordará [claramente] todo lo que hizo;
(36) y el fuego abrasador [del infierno] será expuesto ante todos los que [están destinados a] verlo.
(37) Pues, para aquel que haya excedido los límites de la equidad,
(38) y haya preferido esta vida [al bien de su alma],
(39) ¡ese fuego abrasador será, ciertamente, su morada!
(40) Pero para aquel que haya temido la comparecencia ante su Sustentador, y haya refrenado su alma de los bajos deseos,
(41) ¡el paraíso será, ciertamente, su morada!
(42) Te preguntarán [Oh Profeta] acerca de la Última Hora: “¿Cuándo llegará?”
(43) [Pero,] ¿qué podrías decir tú acerca de ella,
(44) [si] el principio y el fin [de todo conocimiento] de ella pertenecen exclusivamente a tu Sustentador?
(45) Tú eres sólo un advertidor para quienes sienten temor de ella.
(46) ¡El Día en que la contemplen, [les parecerá] como si no hubieran permanecido [en este mundo] sino una tarde o [una noche que acabe en] su mañana!