Thursday, January 15, 2009

54-Al-Qamar

En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia



(1) ¡La Última Hora se acerca, y la luna se parte en dos!
(2) Pero si [quienes rechazan toda idea de la Última Hora] vieran un signo [de su cercanía] le darían la espalda y dirían: “¡Un engaño que se repite!” –
(3) pues están empeñados en desmentirla, y siguen sólo sus caprichos. Pero, al final, todo revela su realidad.
(4) Y además, les han llegado numerosas noticias que deberían haber puesto freno [a su arrogancia];
(5) [y les fue ofrecida] una sabiduría de gran transcendencia: pero, [como] todas las advertencias han sido en vano,
(6) apártate de ellos. El Día en que la Voz Convocante convoque [al hombre] a algo que la mente no puede concebir,
(7) emergerán de sus tumbas, abatida la mirada, [moviéndose en tropeles] como langostas arrastradas [por el viento],
(8) corriendo confusos hacia la Voz Convocante; [y] los que [ahora] niegan la verdad exclamarán: “¡Este es un Día aciago!”
(9) [Mucho] antes que esos [que ahora niegan la resurrección] la tachó de mentira el pueblo de Noé; y desmintieron a Nuestro siervo y dijeron: “¡Está loco!” –y fue rechazado.
(10) Invocó, entonces, a su Sustentador: “¡Realmente, estoy vencido; acude, pues, en mi ayuda!”
(11) Abrimos entonces las puertas del cielo a un agua torrencial,
(12) e hicimos que la tierra reventara en manantiales, de forma que las aguas se encontraran para un fin prescrito:
(13) pero a él lo transportamos en aquella [nave] hecha de [simples] tablas y clavos,
(14) que navegó bajo Nuestra mirada: recompensa para aquel que había sido rechazado con ingratitud.
(15) Y, en verdad, hemos hecho que ese [arca, y toda nave flotante,] quede para siempre como signo [de Nuestra gracia a los hombres]: ¿quién, pues, está dispuesto a dejarse amonestar?
(16) ¡Y qué severo castigo inflijo cuando son desoídas Mis advertencias!
(17) Por eso, hemos hecho en verdad este Qur’án fácil de tener presente: ¿quién, pues, está dispuesto a dejarse amonestar?
(18) Desmintió la verdad [la tribu de] Aad: ¡y qué severo castigo [les] infligí cuando fueron desoídas Mis advertencias!
(19) Ciertamente, desatamos contra ellos un furioso vendaval en un día de amargo infortunio:
(20) arrastraba a la gente como si fueran troncos de palmera arrancados de cuajo:
(21) pues, ¡qué severo castigo inflijo cuando son desoídas Mis advertencias!
(22) Por eso, hemos hecho en verdad este Qur’án fácil de tener presente: ¿quién, pues, está dispuesto a dejarse amonestar?
(23) [Y la tribu de] Zamud desmintió toda advertencia [Nuestra];
(24) y dijeron: “¿Vamos a seguir a un simple mortal, a uno de nosotros? ¡De hacerlo, ciertamente nos hundiríamos en el error y en la locura!
(25) ¡Cómo! –de todos nosotros, ¿sólo a él le ha sido concedido un recordatorio [divino]? ¡Qué va –es un embustero pretencioso!”
(26) [Y Dios dijo:] “¡Pronto sabrán quién es el embustero pretencioso!
(27) Ciertamente, [Oh Salih, les] enviamos esta camella como una prueba para ellos; tú obsérvales y ten paciencia.
(28) Y anúnciales que el agua [de sus pozos] deberá ser dividida entre ellos, y cada porción de agua será asignada equitativamente.”
(29) Pero llamaron a su compañero [más audaz], que acometió [la malvada acción] y sacrificó cruelmente [al animal]:
(30) ¡y qué severo castigo infligí cuando fueron desoídas Mis advertencias!
(31) En verdad, descargamos sobre ellos un solo estampido [de Nuestro castigo], y quedaron como el ramaje seco y pisoteado de un redil.
(32) Por eso, hemos hecho en verdad este Qur’án fácil de tener presente: ¿quién, pues, está dispuesto a dejarse amonestar?
(33) El pueblo de Lot desmintió [también] toda advertencia [Nuestra]:
(34) [y por ello,] ciertamente descargamos sobre ellos una devastadora tormenta; excepto la familia de Lot, a la que salvamos en la última hora de la noche,
(35) como una bendición Nuestra: así recompensamos a los que son agradecidos.
(36) Pues les había advertido seriamente de Nuestro rigor; pero pusieron en duda tercamente esas advertencias
(37) y hasta le exigieron que [les] entregara a sus huéspedes: por lo que les privamos de la vista [--como diciéndoles]: “¡Saboread el castigo que inflijo cuando son desoídas Mis advertencias!”
(38) Y, en verdad, temprano por la mañana les sobrevino el castigo decretado:
(39) “¡Saboread el castigo que inflijo cuando son desoídas Mis advertencias!”
(40) Por eso, hemos hecho en verdad este Qur’án fácil de tener presente: ¿quién, pues, está dispuesto a dejarse amonestar?
(41) Y, ciertamente, a la gente de Faraón les llegaron [también] esas advertencias;
(42) y ellos, también, desmintieron todos Nuestros mensajes: y entonces hicimos presa en ellos como sólo el Todopoderoso, Aquel que determina todas las cosas, puede hacer presa.
(43) ¿Son esos de vosotros que [ahora] niegan la verdad mejores que aquellos –o, acaso, tenéis [prometida] inmunidad en los [antiguos] libros de sabiduría [divina]?
(44) ¿O es que dicen: “Somos un grupo unido, [y por tanto] saldremos victoriosos”?
(45) ¡[Pero] las huestes [de esos que niegan la verdad] serán derrotadas y se darán a la fuga!
(46) ¡Es más –en la Última Hora será cuando encuentren realmente su destino; y esa Última Hora será más desastrosa y más amarga [que su derrota terrenal]:
(47) pues, ciertamente, los que están hundidos en el pecado [sabrán entonces que eran ellos los que] estaban sumidos en el error y en la locura!
(48) El Día en que sean arrastrados hasta el fuego sobre sus rostros, [se les dirá:] “¡Saboread ahora el contacto con el fuego del infierno!”
(49) Ciertamente, lo hemos creado todo en su justa medida y proporción;
(50) y Nuestra orden [y su cumplimiento] es sólo una [acción], como el parpadeo del ojo.
(51) Así, en verdad, destruimos [en el pasado] a gentes como vosotros: ¿quién, pues, está dispuesto a dejarse amonestar?
(52) [Fueron realmente culpables,] porque todo el [mal] que hicieron estaba [expuesto para ellos como tal] en los [antiguos] libros de sabiduría [divina];
(53) y todo [cuanto el hombre hace], pequeño o grande, está anotado [junto a Dios].
(54) Ciertamente, los conscientes de Dios estarán en [un paraíso de] jardines y arroyos, en una morada segura,
(55) en presencia de un Soberano que determina todas las cosas.