Thursday, January 15, 2009

37- As-Saaffaat

En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia



(1) Considera estos [mensajes] alineados en filas apretadas,
(2) y que refrenan [del mal] por una llamada a la continencia,
(3) y transmiten [a todo el mundo] un recordatorio:
(4) ¡Ciertamente, vuestro Dios es en verdad Uno –
(5) el Sustentador de los cielos y la tierra y de lo que hay entre ambos, y Sustentador de todos los ortos del sol!
(6) En verdad, hemos adornado el cielo más próximo a la tierra con la belleza de las estrellas,
(7) y lo hemos protegido de toda fuerza satánica rebelde,
(8) [de modo que los que intentan saber lo incognoscible] no podrán escuchar furtivamente a la alta asamblea, sino que serán repelidos por todos lados,
(9) expulsados [de toda gracia], y les aguarda un castigo prolongado [en la Otra Vida];
(10) pero si alguno consigue entrever algo de [ese conocimiento], es perseguido [en adelante] por una llama lacerante.
(11) Y ahora pide a esos [que niegan la verdad] que te aclaren [esto]: ¿Fueron ellos más difíciles de crear que todos esos [infinitos prodigios] que hemos creado? –pues, ¡ciertamente, a ellos los creamos de [simple] arcilla mezclada con agua!
(12) Pero no, mientras que a ti te causa asombro, ellos [sólo] se burlan;
(13) y cuando se les recuerda [la verdad], se niegan a tomarla en serio;
(14) y cuando reconocen un mensaje [divino], lo ridiculizan
(15) y dicen: “¡Esto sólo es, claramente, [la] fascinante elocuencia [de un mortal]!
(16) ¡Cómo! --¿cuándo hayamos muerto y seamos ya polvo y huesos, seremos de verdad resucitados?—
(17) ¿y quizá también nuestros antepasados?”
(18) Di: “¡Si, en verdad –y humillados por completo!”–
(19) pues esa [resurrección de la que ahora se burlan] será [algo súbito, como si fuera] un único grito acusador –y entonces, ¡he ahí! que comenzarán a ver [la verdad]
(20) y dirán: “¡Ay de nosotros! ¡Este es el Día del Juicio!”
(21) [Y se les dirá:] “¡Este es el Día de la Distinción [entre lo verdadero y lo falso --el Día] que solíais tachar de mentira!”
(22) [Y Dios ordenará:] “¡Reunid a todos los que se empeñaron en hacer el mal, junto con los demás de su clase y [con] todo lo que solían adorar
(23) en vez de Dios, y conducidlos a todos camino del fuego abrasador,
(24) y haced que se detengan [allí]!” [Y entonces,] se les preguntará:
(25) “¿Cómo es que [ahora] no os podéis auxiliar unos a otros?”
(26) ¡Al contrario! –en ese Día se someterán [a Dios] de buen grado;
(27) pero [al ser ya demasiado tarde,] se volverán unos contra otros, exigiéndose mutuamente [que les aligeren la carga de sus pecados].
(28) Algunos [de ellos] dirán: “¡Ciertamente, vosotros veníais a nosotros [engañosamente] por la derecha!”
(29) [A lo que] los otros responderán: “¡No, --vosotros carecíais por completo de fe!
(30) Además, nosotros no teníamos poder alguno sobre vosotros: ¡no, erais una gente llena de arrogancia!
(31) Pero ahora se ha confirmado la palabra de nuestro Sustentador contra nosotros [también]: en verdad, habremos de saborear [el fruto de nuestros pecados].
(32) ¡Así pues, [si fuera verdad que] os hicimos caer en el error –ciertamente, nosotros mismos estábamos hundidos en el error!”
(33) Y, en verdad, en ese Día compartirán todos un mismo castigo.
(34) Eso haremos, en verdad, con todos los que estaban hundidos en el pecado:
(35) pues, ciertamente, cuando se les decía: “No hay más deidad que Dios,” se mostraban altivos
(36) y decían: “¿Vamos a dejar a nuestras deidades porque lo diga un poeta loco?”
(37) No, sino que [ese a quien llamáis un poeta loco] ha traído la verdad; y confirma [lo que enseñaron los anteriores] mensajeros [de Dios].
(38) Ciertamente, habréis de saborear un castigo doloroso [en la Otra Vida],
(39) aunque no seréis retribuidos sino por lo que solíais hacer.
(40) No así los verdaderos siervos de Dios:
(41) esos tendrán [en el más allá] un sustento que reconocerán
(42) como los frutos [de su vida en la tierra]; y serán honrados
(43) en jardines de felicidad,
(44) [recostados] unos enfrente de otros, sobre lechos de felicidad.
(45) Se hará pasar entre ellos una copa [con una bebida] de manantiales puros,
(46) clara, delicia de quienes la beben,
(47) que no indispone, ni les embriaga.
(48) Tendrán junto a ellos compañeras de mirada recatada, de hermosísimos ojos,
(49) [perfectas] como huevos [de avestruz] escondidos.
(50) Y se volverán unos a otros, preguntándose [por su vida pasada].
(51) Y uno de ellos dice: “Tenía yo [en la tierra] un compañero
(52) que solía decir[-me]: ‘¡Cómo! --¿eres realmente de los que creen que es verdad
(53) [que] cuando hayamos muerto y seamos ya polvo y huesos seremos de verdad llevados a juicio?’”
(54) [Y] añade: “¿Queréis asomaros [y verle]?” –
(55) y entonces se asoma y le ve en medio de un fuego abrasador,
(56) y dice: “¡Por Dios, que a punto estuviste de destruirme a mi [también, Oh antiguo compañero mío] –
(57) pues de no haber sido por el favor de mi Sustentador, [ahora] sería sin duda de los que han sido entregados [al castigo]!
(58) Pero entonces, [Oh mis amigos en el paraíso,] ¿es [realmente] cierto que no habremos de morir [de nuevo,]
(59) después de nuestra muerte anterior, y que nunca [más] habremos de sufrir?
(60) ¡Realmente, este –este en verdad—es el triunfo supremo!”
(61) ¿Es ese [paraíso] mejor acogida
(62) –o el [infernal] árbol de fruto mortal?
(63) Lo hemos puesto, ciertamente, como una prueba para los malhechores:
(64) pues, en verdad, es un árbol que brota en el corazón mismo del fuego abrasador [del infierno],
(65) su fruto es [repugnante] como cabezas de demonios;
(66) y [los que están hundidos en la maldad] sin duda comerán de él, y con él se llenarán el vientre.
(67) Y, ¡en verdad, encima de todo esto se verán confundidos con una ardiente desesperación!
(68) Y una vez más: En verdad, el fuego abrasador es su meta final –
(69) pues, ciertamente, encontraron a sus antepasados en un camino equivocado,
(70) ¡y [ahora] ellos se apresuran a seguir sus pasos!
(71) Así, de hecho, se extraviaron la mayoría de los antiguos antes de ellos,
(72) aunque, en verdad, les habíamos enviado advertidores:
(73) ¡y mira cómo acabaron los que habían sido advertidos [en vano]!
(74) A excepción de los verdaderos siervos de Dios, [la mayoría de la gente tiende a extraviarse.]
(75) Y, en verdad, [por esta razón] Nos invocó Noé –y qué excelente fue Nuestra respuesta:
(76) pues le salvamos a él y a su familia de aquella terrible calamidad,
(77) e hicimos que su descendencia se perpetuara [en la tierra];
(78) y de esta forma le dejamos como recuerdo para futuras generaciones:
(79) “¡La paz sea con Noé en todos los mundos!”
(80) Así es, en verdad, como recompensamos a los que hacen el bien –
(81) pues era realmente uno de Nuestros siervos creyentes:
(82) [por eso le salvamos a él y a quienes le seguían] y luego hicimos que se ahogaran los demás.
(83) Y, ciertamente, de su mismo credo fue también Abraham,
(84) cuando se volvió a su Sustentador con un corazón libre de maldad,
(85) y habló [así] a su padre y a su pueblo: “¿Qué es eso que adoráis?
(86) ¿Queréis [rendir culto a] una mentira –[a] deidades distintas de Dios?
(87) ¿Qué pensáis, entonces, del Sustentador de todos los mundos?”
(88) Dirigió entonces una mirada a las estrellas,
(89) y dijo: “¡Realmente, me estoy poniendo enfermo!” –
(90) se dieron entonces media vuelta y se alejaron de él.
(91) Luego se acercó sigilosamente a sus dioses y dijo: “¡Cómo! ¿No coméis [de las ofrendas que os han traído]?
(92) ¿Qué os pasa que no habláis?”
(93) Y entonces se abalanzó sobre ellos golpeándolos con la mano derecha.
(94) [Pero] luego los otros acudieron rápidamente a él [acusándole de su acción].
(95) Respondió: “¿Es que adoráis algo que vosotros [mismos] habéis esculpido,
(96) cuando es Dios quien os ha creado, a vosotros y lo que hacéis?”
(97) Exclamaron: “¡Levantad una pira para él, y arrojadle al fuego abrasador!”
(98) Y quisieron causarle daño, pero [frustramos sus planes, y con ello] les humillamos por completo.
(99) Y [Abraham] dijo: “¡[Dejaré esta tierra e] iré a donde me guié mi Sustentador!”
(100) [Y oró:] “¡Oh Sustentador mío! ¡Concédeme el regalo de [un hijo que sea] uno de los justos!” –
(101) y entonces le dimos la buena nueva de un muchacho benévolo [como él].
(102) Y [un día,] cuando [el muchacho] era lo bastante mayor para ayudar [a su padre] en sus tareas, este dijo: “¡Oh mi querido hijo! ¡He visto en sueños que debía sacrificarte: considera, pues, como lo ves tú!” [Ismael] respondió: “¡Oh padre mío! ¡Haz lo que se te ordena: hallarás que soy, si Dios quiere, paciente en la adversidad!”
(103) Pero cuando ambos se hubieron sometido a [lo que consideraban] la voluntad de Dios, y [Abraham] le hubo tendido sobre el rostro,
(104) le llamamos: “¡Oh Abraham,
(105) has cumplido ya [el propósito de] la visión!” Así, realmente, recompensamos a los que hacen el bien:
(106) pues, ciertamente, todo esto fue en verdad una prueba, clara en sí misma.
(107) Y le rescatamos mediante un sacrificio magnífico,
(108) y de esta forma le dejamos como recuerdo para futuras generaciones:
(109) “¡La paz sea con Abraham!”
(110) Así recompensamos a los que hacen el bien –
(111) pues él fue verdaderamente uno de Nuestros siervos creyentes.
(112) Y [en su momento] le dimos la buena nueva de Isaac, [que sería, también,] un profeta, uno de los justos;
(113) y les bendijimos, a él y a Isaac: pero entre la descendencia de ambos [habrían de surgir] quienes hicieron el bien y también quienes serían claramente injustos consigo mismos.
(114) Así, en verdad, otorgamos Nuestro favor a Moisés y a Aarón;
(115) y les salvamos, a ellos y a su pueblo, de la terrible calamidad [de la esclavitud],
(116) y les auxiliamos, de forma que [al final] fueron ellos los vencedores.
(117) Y les dimos la escritura divina que distinguía claramente [el bien del mal],
(118) y les guiamos por el camino recto,
(119) y de esta forma les dejamos como recuerdo para futuras generaciones:
(120) “¡La paz sea con Moisés y Aarón!”
(121) Así recompensamos a los que hacen el bien –
(122) pues fueron verdaderamente dos de Nuestros siervos creyentes.
(123) Y, ciertamente, Elías era [también] en verdad uno de Nuestros mensajeros
(124) cuando habló [así] a su pueblo: “¿No vais a ser conscientes de Dios?
(125) ¿Invocáis a Baal y os desentendéis de [Dios,] el mejor de los creadores --
(126) Dios, vuestro Sustentador, y Sustentador de vuestros antepasados?”
(127) Pero le desmintieron: y por ello sin duda habrán de comparecer [en el Día del Juicio],
(128) a excepción sólo de los [que fueron] verdaderos siervos de Dios;
(129) y de esta forma le dejamos como recuerdo para futuras generaciones:
(130) “¡La paz sea con Elías y sus seguidores!”
(131) Así recompensamos a los que hacen el bien –
(132) pues él fue verdaderamente uno de Nuestros siervos creyentes.
(133) Y, ciertamente, Lot era en verdad uno de Nuestros mensajeros;
(134) [y así,] cuando [decretamos la ruina de su depravada ciudad,] les salvamos, a él y a su familia,
(135) excepto a una anciana que fue de los que se quedaron atrás;
(136) y luego destruimos por completo a los otros:
(137) y, en verdad, [hasta el día de hoy] pasáis junto a las ruinas de sus viviendas por la mañana
(138) y por la noche. ¿No vais, pues, a usar vuestra razón?
(139) Y, ciertamente, Jonás era en verdad uno de Nuestros mensajeros
(140) cuando huyó como un esclavo fugitivo hacia el barco cargado.
(141) Y entonces echaron suertes, y él fue quien perdió;
(142) [y le arrojaron al mar,] donde se lo tragó un gran pez, pues se había hecho culpable.
(143) Y si no hubiera sido de los que [aun en las tinieblas de su aflicción] proclaman la infinita gloria de Dios,
(144) habría permanecido en su vientre hasta el Día en que sean todos resucitados de la muerte:
(145) pero hicimos que fuera arrojado, maltrecho como estaba, en una playa desierta,
(146) e hicimos que creciera sobre él una calabacera [en aquel suelo árido].
(147) Y [luego] le enviamos [una vez más] a [su pueblo,] unas cien mil [personas] o más:
(148) y [esta vez] creyeron [en él] –y por ello les dejamos disfrutar de sus vidas por el tiempo que tenían asignado.
(149) Y ahora pídeles que te aclaren [esto]: ¿Acaso tu Sustentador tiene hijas, cuando ellos preferirían tener [sólo] hijos?
(150) --¿o es que hemos creado a los ángeles hembras, y ellos [que los consideran divinos] fueron testigos [de ese acto de creación]?
(151) ¡Si, en verdad: es su [inclinación a la] falsedad lo que lleva a algunos a afirmar:
(152) “Dios ha engendrado [un hijo]”; y, ciertamente, mienten [también, cuando dicen]:
(153) “Él ha escogido hijas, prefiriéndolas a los hijos”!
(154) ¿Qué os pasa? ¿Cómo juzgáis?
(155) ¿No vais, pues, a recapacitar?
(156) O ¿es que tenéis una autoridad clara [que apoye lo que decís]?
(157) ¡Presentad, entonces, esa escritura divina vuestra, si es verdad lo que decís!
(158) Y algunos han inventado un parentesco entre Él y toda clase de fuerzas invisibles --aunque [hasta] estas fuerzas invisibles saben bien que, ciertamente, [a quienes blasfeman contra Dios] se les hará comparecer [ante Él en el Día del Juicio: pues]
(159) ¡infinita es la gloria de Dios, por encima de cuanto los hombres conciban para definirle!
(160) Pero no [obran] así los verdaderos siervos de Dios:
(161) pues, en verdad, ni vosotros [que blasfemáis] ni los objetos de vuestro culto,
(162) podéis hacer que alguien caiga en vuestra tentación
(163) salvo a aquel que se precipita al fuego abrasador [por su propia voluntad].
(164) [Todas las fuerzas de la naturaleza alaban a Dios y dicen:] “¡Nadie hay entre nosotros que no tenga un lugar asignado [por Él];
(165) y, realmente, también nosotros nos alineamos [ante Él para adorarle];
(166) y, realmente, también nosotros proclamamos Su gloria infinita!”
(167) Y, en verdad, [quienes niegan la verdad] han dicho siempre:
(168) “Si contáramos tan sólo con una tradición [en tal sentido] venida de nuestros antepasados,
(169) seríamos ciertamente verdaderos siervos de Dios.”
(170) ¡Pero, [ahora que les ha llegado esta escritura divina,] se niegan a reconocerla como verdadera! No obstante, habrán de saber, en su momento [que fue lo que rechazaron]:
(171) pues, ¡tiempo ha que se emitió Nuestra palabra a Nuestros siervos, los mensajeros,
(172) de que, en verdad serían ellos –ellos, precisamente—los auxiliados,
(173) y que, en verdad, Nuestros ejércitos –ellos, precisamente—serían [al final] los vencedores!
(174) Apártate, pues, de esos [que niegan la verdad] por un tiempo,
(175) y velos [tal como son], que en su momento, ellos [también] habrán de ver [lo que ahora no ven].
(176) ¿Es que desean [realmente] que les sea adelantado Nuestro castigo?
(177) ¡Porque entonces, cuando caiga sobre ellos, será un despertar funesto para quienes fueron advertidos [en vano]!
(178) Apártate, pues, de esos [que niegan la verdad] por un tiempo,
(179) y velos [tal como son], que en su momento, ellos [también] habrán de ver [lo que ahora no ven].
(180) ¡Infinita es la gloria de tu Sustentador, Señor del Honor y el Poder, [excelso] por encima de cuanto los hombres conciban para definirle!
(181) ¡Y la paz sea sobre todos Sus mensajeros!
(182) ¡Y la alabanza es debida por entero a Dios, el Sustentador de todos los mundos!