Thursday, January 15, 2009

66-At-Tahrim

En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia



(1) ¡Oh Profeta! ¿Por qué, para complacer a [alguna de] tus esposas, [te] prohibes algo que Dios ha hecho lícito para ti? Pero Dios es indulgente, dispensador de gracia:
(2) Dios os ha ordenado ya [Oh creyentes] la anulación y expiación de [aquellos] juramentos vuestros [contrarios a la rectitud]: pues, Dios es vuestro Señor Supremo, y sólo Él es omnisciente, realmente sabio.
(3) Y, he ahí, que el Profeta confió un secreto a una de sus esposas; y cuando ella lo divulgó, y Dios le hubo informado de ello, él lo dio a conocer [a otros] en parte y omitió parte. Y tan pronto como se lo hizo saber a ella, ésta preguntó: “¿Quién te lo ha dicho?” –[a lo cual] respondió él: “Me lo ha dicho el Omnisciente, el Consciente de todo.”
(4) ¡Deberíais volveros ambas a Dios en arrepentimiento, ya que vuestros corazones se han desviado [de la rectitud]! Y si os apoyáis mutuamente en contra de él, [que es el emisario de Dios, sabed que] Dios es su Protector, y [que] por tanto, Gabriel y los justos entre los creyentes, y todos los [demás] ángeles acudirán en su ayuda.
(5) [¡Oh esposas del Profeta!] Si él os divorciara [a algunas de vosotras], puede que Dios le dé, a cambio, esposas mejores que vosotras –mujeres sometidas a Dios, que realmente creen, que obedecen fielmente Su voluntad, se vuelven en arrepentimiento [a Él, cuando han pecado], Le adoran [sólo a Él], y perseveran [en buscar Su complacencia] –que hayan estado casadas, o bien sean vírgenes.
(6) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Guardaos vosotros y a aquellos próximos a vosotros de ese fuego [del más allá] cuyo combustible son los seres humanos y las piedras: [velando] sobre él hay poderes angélicos, duros [y] severos, que no desobedecen a Dios en lo que les ordena, sino que ejecutan [siempre] lo que se les ordena hacer.
(7) [Así pues,] Oh vosotros que estáis empeñados en negar la verdad, no deis excusas [vanas] hoy: [en la Otra Vida] seréis recompensados únicamente por lo que hicisteis [en este mundo].
(8) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Volveos a Dios con arrepentimiento sincero: puede que vuestro Sustentador borre vuestras malas acciones, y os haga entrar en jardines por los que corren arroyos, el Día en el que Dios no avergonzará al Profeta ni a los que comparten su fe: su luz se extenderá delante de ellos, y a su derecha; [y] suplicarán: “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Completa nuestra luz, y perdona nuestros pecados: ciertamente, Tú tienes poder para disponer cualquier cosa!”
(9) ¡Oh profeta! Combate duramente a los que niegan la verdad y a los hipócritas, y sé inflexible con ellos. Y [si no se arrepienten,] tendrán por morada el infierno --¡qué horrible destino!
(10) Dios plantea una parábola a esos que se empeñan en negar la verdad en [las historias de] la mujer de Noé y la mujer de Lot: estaban casadas con dos de Nuestros siervos justos, y ambas traicionaron a sus maridos; y ninguno de los dos podrá conseguir nada de Dios para esas dos mujeres cuando se diga [en el Día del Juicio]: “¡Entrad ambas en el fuego con todos los [demás pecadores] que entran en él!”
(11) Y Dios plantea una parábola a los que han llegado a creer en [la historia de] la mujer de Faraón, cuando imploró: “¡Oh Sustentador mío! ¡Construye para mí una casa en el jardín [que está] junto a Ti, y ponme a salvo de Faraón y de sus obras, y ponme a salvo de la gente malhechora!”
(12) Y [hemos planteado además otra parábola de la conciencia de Dios en la historia de] María, hija de Imrán, que guardó su castidad, y luego insuflamos [algo] de Nuestro espíritu en eso [que había en su vientre], y que confirmó la verdad de las palabras de su Sustentador –y [con ello,] Sus revelaciones --y fue de las realmente devotas.