Thursday, January 15, 2009

41-Fussilat

En el Nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia



(1) Ha. Mim.
(2) La revelación [de esta escritura divina] procede del Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia:
(3) una escritura divina cuyos mensajes han sido expuestos con claridad, como un discurso en lengua árabe para gente de conocimiento [innato],
(4) como anuncio de buenas nuevas y como advertencia. Y sin embargo, [siempre que esta escritura divina es ofrecida a los hombres,] la mayoría de ellos se apartan, para así no escuchar [su mensaje];
(5) y dicen [cosas como]: “Nuestros corazones están velados a eso a lo que nos llamas, [Oh Muhámmad,] y en nuestros oídos hay sordera, y entre nosotros y tú existe una barrera. ¡Haz, pues, [lo que quieras, que,] ciertamente, nosotros haremos [lo que hemos hecho siempre]!”
(6) Di [Oh Profeta:] “Yo soy sólo un ser humano como vosotros. Me ha sido revelado que vuestro Dios es el Único Dios: ¡id, pues, rectos hacia Él y buscad Su perdón!” Y, ¡ay de los que atribuyen divinidad a algo junto con Él,
(7) [y] de los que no gastan en limosnas: pues son ellos, precisamente, los que [así] niegan la verdad de la Otra Vida!
(8) ¡[Pero,] en verdad, los que han llegado a creer y hacen buenas obras tendrán una recompensa incesante!
(9) Di: “¿Negáis realmente a Aquel que ha creado la tierra en dos eras, y sostenéis que existe algún poder capaz de rivalizar con Él, el Sustentador de todos los mundos?”
(10) Pues Él [es quien, habiendo creado la tierra,] puso sobre ella firmes montañas,[que se elevan] sobre su superficie, y derramó sobre ella [grandes] bendiciones, y asignó equitativamente medios de subsistencia para todos los que la buscan: [y todo esto lo creó] en cuatro eras.
(11) Y Él [es quien] aplicó Su designio al cielo, que era [aún sólo] humo; y les dijo, a este y a la tierra: “¡Venid ambos, de buen grado o por fuerza!” –a lo que respondieron: “Venimos de buen grado.”
(12) Y Él [es quien] decretó que fueran siete cielos en dos eras, e impartió a cada cielo su cometido. Y adornamos el cielo más próximo a la tierra con luces, y lo hicimos seguro: así ha sido dispuesto por voluntad del Todopoderoso, el Omnisciente.
(13) Pero si se apartan, di: “¡Os prevengo de un rayo de castigo como el rayo [que cayó sobre las tribus] de Aad y Zamud!”
(14) Cuando vinieron a ellos los enviados [de Dios], que les hablaron de lo que tenían delante de ellos y de lo que [aún] estaba fuera de su conocimiento, [y les exhortaron]: “¡No adoréis sino a Dios!” Respondieron: “¡Si nuestro Sustentador hubiera querido [que creyéramos en lo que decís,] ciertamente habría enviado ángeles [como mensajeros Suyos]. Negamos, pues, que haya verdad en [lo que presentáis como] vuestro mensaje!”
(15) En cuanto a [la tribu de] Aad, se condujeron con arrogancia en la tierra, [atentando] contra todo derecho, y diciendo: “¿Quién tiene un poderío mayor que el nuestro?” ¡Cómo! --¿no eran conscientes de que Dios, que les había creado, tenía un poderío mayor que el suyo?” Pero siguieron rechazando Nuestros mensajes;
(16) y entonces desatamos contra ellos un vendaval que les azotó durante días nefastos, para hacerles saborear, en esta vida, el castigo de la humillación: pero [su] castigo en la Otra Vida será mucho más humillante, y no tendrán quien les auxilie.
(17) Y en cuanto a [la tribu de] Zamud, les ofrecimos la guía, pero ellos prefirieron la ceguera a la guía: y entonces cayó sobre ellos el rayo del castigo humillante por todo el [mal] que habían cometido;
(18) y salvamos [sólo] a los que habían llegado a creer y eran conscientes de Nosotros.
(19) Así pues, [advierte a los hombres de] el Día en que los enemigos de Dios sean congregados frente al fuego, y se les haga avanzar,
(20) hasta que, llegados a él, sus oídos, sus ojos y sus [mismas] pieles atestiguarán contra ellos sobre lo que hacían [en vida].
(21) Y preguntarán a sus pieles: “¿Cómo habéis podido atestiguar en contra nuestra?” –[y] estas responderán: “¡Dios, que da el habla a todas las cosas, nos ha dado el habla [también] a nosotras: pues Él [es quien] os creó la primera vez –y a Él sois devueltos [ahora].
(22) Y no os guardasteis de que vuestros oídos, vuestros ojos y vuestras pieles fueran a atestiguar contra vosotros [de vuestros pecados]: no, sino que pensabais que Dios no sabía gran cosa de lo que hacíais –
(23) y ese pensamiento que teníais de vuestro Sustentador os ha llevado a la ruina, y habéis acabado así entre los perdidos!”
(24) Y aunque soporten con paciencia [su suerte], aun así el fuego será su morada; y si piden que se les permita ofrecer compensación, no les será permitido:
(25) pues [cuando se olvidaron de Nosotros,] les asignamos [a sus malvados impulsos por] compañeros inseparables, que les engalanaron lo que tenían delante de ellos y lo que estaba fuera de su conocimiento. Y así se habrá cumplido en ellos la sentencia [condenatoria] que recayó sobre otras comunidades [depravadas] de seres invisibles y de hombres que les precedieron: ¡realmente, estarán [todos] en verdad perdidos”
(26) Y los que se empeñan en negar la verdad dicen [entre ellos]: “¡No prestéis oído a este Qur’án, sino hablad frívolamente de él, para que acabéis imponiéndoos!”
(27) ¡Pero, haremos sin duda que esos que [así] se empeñan en negar la verdad saboreen un castigo severo, y sin duda les retribuiremos con arreglo a lo peor de sus obras!
(28) Esa retribución de los enemigos de Dios será el fuego [del más allá]: en él tendrán una morada perdurable en pago por haber rechazado a sabiendas Nuestros mensajes.
(29) Y aquellos que [en su vida en la tierra] se empeñaron en negar la verdad exclamarán [entonces]: “¡Oh Sustentador nuestro! ¡Muéstranos a esos seres invisibles y hombres que nos han extraviado para que los pisoteemos y sean así de los más abyectos de todos!”
(30) [Pero,] ciertamente, los que dicen: “Nuestro Sustentador es Dios,” y luego perseveran en el camino recto –sobre ellos descienden a menudo los ángeles, [para decirles:] “¡No temáis ni estéis tristes, sino alegraos con la buena nueva de ese paraíso que os ha sido prometido!
(31) Estamos con vosotros en esta vida y [lo estaremos] en la Otra Vida; y en ella tendréis todo cuanto vuestras almas puedan desear, y tendréis allí cuanto pidáis,
(32) como acogida preparada por Aquel que es indulgente, dispensador de gracia!”
(33) ¿Y qué mejor palabra que la de aquel que llama [a los hombres] a Dios, obra con rectitud, y dice: “En verdad, soy de los que se han sometido a Dios”?
(34) Pero [como] el bien y el mal no pueden equipararse, repele [el mal] con algo que sea mejor --¡y, he ahí, que aquel entre el cual y tú existía enemistad [se volverá entonces] como si [siempre] hubiera estado cercano [a ti], un verdadero amigo!
(35) Sin embargo, no es dado [conseguir] esto sino a los que acostumbran a ser pacientes en la adversidad: ¡no les es dado sino a los sumamente afortunados!
(36) Así pues, si una incitación de Satán te arrastra [a un arrebato de ira], busca refugio en Dios: ¡ciertamente, sólo Él todo lo oye, es omnisciente!
(37) Y entre Sus signos están la noche y el día, y también el sol y la luna: [así pues,] no os postréis ante el sol o la luna, sino postraos ante Dios, que los ha creado –si es a Él [realmente] a quien adoráis.
(38) Y aunque algunos sean demasiado orgullosos [como para escuchar esta llamada], quienes [en sus corazones] están con tu Sustentador proclaman Su gloria infinita de noche y de día, y no se cansan [de hacerlo].
(39) Pues entre Sus signos está que ves la tierra desolada --¡y, he ahí, que cuando hacemos que caiga agua sobre ella, [enseguida] rebulle y se hincha [de vida]! Ciertamente, quien le da vida puede sin duda resucitar a los muertos [de corazón]: pues, ciertamente, Él tiene poder para disponer cualquier cosa.
(40) En verdad, los que tergiversan el sentido de Nuestros mensajes no pueden ocultarse a Nosotros: ¿quién estará, pues, en mejor situación –quien se vea arrojado en el fuego o quien llegue seguro [ante Nosotros] el Día de la Resurrección? Haced lo que queráis: ciertamente, Él ve todo lo que hacéis.
(41) Ciertamente, los que se empeñan en negar la verdad de este recordatorio cuando llega a ellos –[ésos son los perdedores]: pues, ciertamente, es una escritura divina sublime,
(42) a la que no alcanza la falsedad, ni abierta ni furtivamente, [por ser] revelación de Uno realmente sabio, digno de toda alabanza.
(43) [En cuanto a ti, Oh Profeta,] no se te dice sino lo que fue dicho a todos los enviados de Dios anteriores a ti. ¡Ciertamente, tu Sustentador está en verdad lleno de perdón –pero puede también imponer un doloroso escarmiento!
(44) Si hubiéramos dispuesto que esta [escritura divina] fuera un discurso en una lengua no árabe, [los que ahora la rechazan] sin duda habrían dicho: “¿Por qué sus mensajes no han sido expuestos con claridad? ¡Cómo! –¿[un mensaje en] una lengua no árabe, y [su portador] un árabe?” Di: “Para todos los que han llegado a creer, esta [escritura divina] es una guía y una fuente de salud; pero para los que aún no creen –en sus oídos hay sordera, y por eso siguen a oscuras respecto de ella: [son como gentes que] están siendo llamadas desde demasiado lejos.
(45) Así, también, dimos la revelación con anterioridad a Moisés, y luego surgieron disputas acerca de ella. Y [entonces, como ahora,] de no haber sido por un decreto previo de tu Sustentador, habría sido decidido todo entre ellos [desde un principio]. Pues ahora, ciertamente, [los que se niegan a creer en esta escritura divina] tienen dudas, y aun sospechas, acerca de lo que presagia.
(46) Quien obra con rectitud, lo hace en beneficio propio; y quien obra mal, lo hace en contra de sí mismo: y Dios no es injusto en absoluto con Sus criaturas.
(47) A Él solo se remite el conocimiento de cuándo ha de llegar la Última Hora. Y no hay fruto que surja de su cáliz, ni hembra que conciba o dé a luz, si no es con Su conocimiento. Y así, el Día en que Él les llame [diciendo]: “¿Dónde están ahora esos [supuestos] asociados Míos?” –[sin duda] responderán: “¡Confesamos ante Ti que ninguno de nosotros puede testificar [de que alguien tenga parte en Tu divinidad]!”
(48) Y así, todo lo que antaño solían invocar les habrá abandonado; y sabrán con certeza que no tienen escapatoria.
(49) El hombre jamás se cansa de pedir lo bueno [de esta vida]; y si le alcanza el infortunio, pierde toda esperanza, y cae en la desesperación.
(50) Pero si le hacemos saborear algo de Nuestra gracia después de haber sufrido una desgracia, seguro que dice: “¡Esto me lo merezco!” –y: “¡No creo que vaya a llegar la Última Hora: pero si [llegara, y] fuera devuelto a mi Sustentador, ciertamente, tendría entonces junto a Él el supremo bien!” Pero [en el Día del Juicio] daremos sin duda a los que se empeñaron en negar la verdad una comprensión plena de todo lo que hicieron, y les haremos saborear sin duda un castigo severo.
(51) Y, así mismo, cuando concedemos Nuestras bendiciones al hombre, tiende a apartarse y a desentenderse [de Nuestro recuerdo]; ¡pero tan pronto como le alcanza un infortunio, se deshace en súplicas!
(52) ¿Habéis pensado [qué será de vosotros] si esta es realmente [una revelación] de Dios y vosotros la rechazáis? ¿Quién puede estar más extraviado que quien se sitúa en un error [tan] profundo?
(53) En su momento les haremos comprender plenamente Nuestros mensajes [por medio de lo que perciben] en los horizontes más remotos [del universo] y en ellos mismos, para que quede patente ante ellos que esta [revelación] es realmente la verdad. [Sin embargo,] ¿no [les] basta [con saber] que tu Sustentador es testigo de todas las cosas?
(54) ¡Si, en verdad, dudan del encuentro con su Sustentador [en el Día del Juicio]! ¡Si, en verdad, Él abarca todas las cosas!